Andorra: El valle de Mandriú

El principado de Andorra guarda una belleza infinita, maravillas naturales difíciles de definir, un paisaje que sorprende desde cualquier perspectiva.

Situado entre España y Francia, es uno de los lugares más visitados por el turista de invierno, la nieve es su gran aliciente. El valle del Mandriú, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, conserva su carácterística morfología en U propia de los valles surgidos del hielo. Existen distintos itinerarios hasta el valle, largas paredes de piedra, cabañas y rebaños tranpostan al viajero a tiempos ancestrales, es un recorrido por la evolución del ser humano y su adaptación al medio. Los itinerarios son de larga duración, casi cinco horas pero de excasa dificultad. Sin duda merece la pena el esfuerzo y emprender uno de los itinerarios. El ministerio de Turismo de Andorra recomienda en su web el GR7, que recorre todo el valle, el GR11, que se incorpora a una altura de 1.600 metros hasta en el lago de l’Illa, punto en el cual abandona el Madriu por el cuello del Valle Civera; y, finalmente, el GRP (gran recorrido del país) que empieza en la parte más alta del valle, es paralelo al GR7 y termina en el círculo glacial.

De especial interés resultan las cabañas recuperadas de manera tradicional con el método de la piedra seca, muy recomnedables para hacer noche en verano. Pero Andorra cuenta con más alicientes como las compras sobre todo en esta época del año, por su precio, su seguridad, la flexibilidad horaria y la modernidad. La gastronomía, es una buena excusa para visitar cualquier lugar, y por supuesto Andorra no iba a ser una excepción las antiguas casas de tradicionales de alta montaña denominadas bordas, se han convertido en restaurantes que ofrecen lo mejor de la comida tradicional. Un buen lugar para comenzar el año, o un destino obligado en tus próximas vacaciones.